La boda de Vanesa y Dámaso
Vanesa y Dámaso se conocieron a través de unos amigos en común. Tras cuatro años juntos, a Dámaso le trasladaron por trabajo a Casablanca y Chile. Entre un país y otro, Vanesa decidió organizarle una fiesta de cumpleaños sin esperarse la sorpresa que él le tenía preparada. Ese día, en su casa de campo y rodeados de familia y amigos, le pidió que se casara con él.
La novia llevaba un vestido de Manuel de Vivar, con quien tuvo siempre claro que diseñaría su vestido. Fue visitar su atelier y tener un feeling increíble desde el minuto uno. Del cual salió un vestido artesanal con flores bordadas y apliques cosidos a mano.
Para los zapatos, reafirmando la tendencia de la que os hablamos aquí, eligió el modelo Rockstud en color nude de Valentino para usarlo en múltiples ocasiones.
El ramo era de la floristería CLIO de Talavera, y estaba formado por rosas austin, verán blanco y morado, y frescas, entre otras flores. Como joyas llevó unos pendientes regalo de su madre, su anillo de pedida, y una alianza de oro rosa con diamantes. Todo de Suárez.
Para el maquillaje que destaca el rojo de labios y manos, confió en YSL. Del peinado, un recogido trenzado rematado con tres brillantitos, se encargó la peluquería Natividad Guzmán.
Al ser de Madrid y amante de la hípica, reservó la casa rural Lantero Horse & Lodge, cerca de Malpartida, para prepararse.
Dámaso llevaba un traje azul de Scalpers hecho a medida, gemelos de Montblanc y el reloj de su padre.
Se casaron en la Basílica de Ntra. Señora del Prado, en Talavera de la Reina por devoción del novia a esa virgen. De camino a la iglesia, mientras se hacían las fotos de los preparativos, Vanesa se dio cuenta de que se había olvidado del ramo de novia. Menos mal que un amigo de Dámaso que hizo de testigo y conductor, consiguió que llegase a tiempo a la ceremonia.
La celebración tuvo lugar en Finca Malpartida, que no podía estar más bonita ese día.
La temática y decoración de la boda era sobre de viajes, de ahí la idea de utilizar baúles y maletas vintage. De ésta se encargó la novia con la ayuda de María de Cardamomo Catering.
Del catering de la boda se encargó Cardamomo Catering. Quienes ofrecieron un coctel de aperitivos fríos y calientes amenizado por un músico de Jazz.
La comida consistió en un menú formado por algunos de los platos estrella de Cardamomo, en la que la gran ganadora fue la tarta de filo de crema de queso con coulis de frambuesa. ¡Todo el mundo repitió!
Los centros de mesa rústicos eran de Bukka. Los meseros eran fotos de sus viajes juntos, tratadas con efecto acuarela y colocadas sobre un atril junto a los centros de mesa. Cada mesa llevaba el nombre de un destino diferente.
Como detalle contaron con un retratista que hacía caricaturas de los invitados para que se llevasen un recuerdo de ese día. El ramo se lo entregó a su hermana, que iba guapísima con una pamela de Mimoki.
Para la música contaron con Dándote Ritmo, hicieron bailar a todos sin parar. Los novios iniciaron el baile con “Noches de bodas” de Joaquín Sabina.
Vanesa es una fan de la fotografía, y sabía que para las fotos de su boda, tenía que contar con uno de los mejores, el equipo de Click10.
Una vez casados, continuaron sus viajes por el mundo rumbo a Islas Galápagos. Un nuevo y exótico destino que descubrir.